LA VIRGEN DE LA SOLEDAD




“Jesús, viendo a su Madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a la Madre: Mujer, he aquí a tu hijo. Luego dijo al discípulo: He ahí a tu Madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa”. Juan 19, 26-27


LA PIETÁ

La tradición cristiana a través de la imaginería y la iconografía, ha plasmado el momento del descendimiento de la cruz, del cuerpo sin vida de Cristo. José de Arimatea, según los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, es quien propicia el enterramiento de Jesús. Es entonces cuando María recibe en su regazo el cuerpo yacente de su Hijo. Una impronta de mucho calado religioso y de un dramatismo humano sin precedentes en todo el vía crucis. Esta imagen ha sido pintada, esculpida y narrada por artistas, escritores y oradores de todas las épocas. A este evento desolador, se le viene denominando como La Pietá. El apelativo italiano, adquirió sumo renombre cuando el gran Michelangelo Buonarroti, creó magistralmente el conjunto escultórico por excelencia de la secuencia de María y Jesús en el Gólgota. En el ámbito español esta representación es La Piedad. Es la soledad de la Virgen María, llena de dolor y desolación.

Pues bien, esta imagen de la Virgen con el Cristo yacente en sus brazos, existe en Yunquera de Henares. Podemos constatar que esta villa de la Campiña de Guadalajara alberga entre sus pasos de Semana Santa, una preciosa imagen vestida con un manto que realza, si cabe, su empaque y envergadura artística y dramática. La Piedad de Yunquera, ha sido denominada por la tradición religiosa del pueblo, con varias advocaciones. Desde niños siempre habíamos oído a nuestros mayores mencionar a la Virgen de la Soledad. Y así se llama su ermita. También se la llamó de Las Angustias, quizá por llevar un corazón traspasado. Por otro lado, su estandarte, representa a la Virgen de la Soledad que, a su vez, representa a la Virgen de la Paloma. Para llegar a una disquisición veraz sobre la autentificación del estandarte, nos ayudaría el testimonio de algunos vecinos de Yunquera que atribuyen la adquisición y donación a la hermandad, a una señora del pueblo que confundió una imagen por otra. No obstante, observando todos los datos que confluyen en este grupo escultórico de Yunquera, podemos constatar que estas imágenes forman una bella pietá o piedad. Y así entraría en una catalogación donde se pueden apreciar todas las características que representan el símbolo teológico de la secuencia del Calvario. Aunque el fervor del pueblo siga denominando a esta imagen como La Soledad, esta nueva contemplación desde una visión más artística que emotiva, se propone potenciar y resaltar, aún más si es posible, las virtudes artísticas de estas imágenes. Esta colección de fotografías de La Piedad de Yunquera pretende mostrar a través de unos primeros planos, la belleza de expresión que impregna el silencio mortuorio, que entablan Jesús y María. Las manos hablan cuando el verbo está amordazado por la muerte. Las imágenes pretenden describir todo aquello que San Juan no nos legó, pero que sin duda, fue testigo y protagonista. La intención del autor de este brevísimo ensayo que se esconde tras estas imágenes, es rendir un homenaje a todos aquellos que veneran este evento de la pasión bajo la advocación de La Virgen de la Soledad, La Pietá de Yunquera. Pedro Taracena Gil

GALERÍA DE IMÁGENES


































Fotógrafo: Pedro Taracena Gil

Reportaje sacado con cámara analógica MINOLTA 7000 en blanco y negro.
De la copia en papel obtenida se han digitalizado las imágenes.